Violencia en la Escuela: «Las maestras» que defendieron a sus alumnos en la masacre de Connecticut en EEUU

El día viernes fue unos de los peores días en los EEUU, con la muerte de 20 niños y 6 adultos en la escuela de Sandy Hook.

A veces, hablamos tanto de los maestros de nuestros niños… y pensar que nuestro hijos conviven entre 6 y 8 horas todos los días con ellas/ellos.

Ellos estarían dispuestos a dar la vida por nuestros niños, como pasó el viernes por la mañana, en esa escuela de los Estados Unidos.

La noticia de estas maestras, que dieron su vida por sus alumnos, me conmovió. Porque los maestros trazan un vínculo con nuestros hijos, en el cual en la escuela, ellos se sienten seguros gracias a los maestros, y nosotros, tranquilos, porque tenemos a alguien en quien confiamos a nuestros hijos, todas esas horas, sin poder verlos, y sobre todo, niños y niñas tan pequeños, como los de esta masacre.

Este es el caso de la maestra Victoria Soto, de 27 años, calificada por testigos del tiroteo, como una auténtica heroína de la tragedia.

Al oír los disparos, esta maestra de primer grado, pidió a los niños de su clase que se escondieran en un armario, y ella se colocó fuera, protegiendo la puerta con su propio cuerpo, por lo que acabó quedando cara a cara con el asesino. Ella salvó a 11 niños y niñas de 6 años. Soto, le aseguró al asesino, que los niños se encontraban haciendo ejercicios en la cancha. Acto seguido, Lanza disparó a la maestra, pero pasó de largo en su vorágine asesina.

Varios miembros de su familia han explicado a la prensa, que Vicky Soto, decidió que quería ser maestra desde que era una niña pequeña. Soto era profesora en la escuela Sandy Hook desde hacía cinco años, y en ese tiempo se había convertido (pese a su juventud), en una de las docentes más queridas del centro.

La otra maestra, Kaitlin Roig,  se percató inmediatamente de que los ruidos que escuchó, alrededor de las 9.30 de la mañana, eran el sonido de disparos. Inmediatamente se encerró en el baño, con sus 14 alumnos, y colocó una estantería para bloquear la puerta. Trató de tranquilizar a los menores, advirtiéndoles de que se quedaran callados, y recordándoles lo mucho que los quería, que su maestra iba hacer TODO para que estuvieran a salvo. “Pensé en lo que me gustaría que me dijeran a mí si tuviera seis años y estuviera en una situación así”, explicó. Roig, creía que el tirador aparecería de un momento a otro en su clase. “Era el primer aula desde la puerta de entrada, era lo lógico”. Cuando la policía llamó a la puerta, ella no se fió de que quienes estaban allí “fueran los buenos”, como les aseguraba constantemente a los niños para calmarlos. “Les pedí que me enseñaran las placas y que si de verdad eran agentes, que abrieran ellos mismos la puerta. Es lo que hicieron”, contó.

Anne Marie Murphy, una profesora de educación especial, maestra integradora también, será recordada como una de las heroínas de Sandy Hook. Su cadáver fue encontrado en un aula cubriendo el cuerpo de varios alumnos.

Mas allá de la masacre, y las conclusiones a las que se pueda arribar con respecto a la sociedad americana, al uso de armas, a la venta de armas a los ciudadanos, a la niñez medicada con psicotrópicos, etc, etc, lo que quería rescatar hoy en mi blog MyV, son a los maestros, que es el común denominador de todos los países, con su labor cotidiana, su amor por los chicos, y por sobre todo, aquellos maestros que hacen «huella» en uno, que nos escuchan, nos tienen paciencia, nos hablan, nos forman en aquellos ciudadanos que vamos a ser. Y la confianza que en ellos depositamos, en el cuidado de nuestro hijos, por mas de 17 años de sus vidas, y en las nuestras también. Ante cualquier situación de peligro dentro del colegio, el maestro daría su vida por sus alumnos, porque mas allá de todo, el «ser maestro», es una VOCACION hacia los niños.

 

Fuente: http://internacional.elpais.com

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