Educación para formar ciudadanos, asignatura pendiente en el niño/a!

 

DERECHOS DE LOS NIÑOSUNICEF define la Educación para el Desarrollo como un proceso que fomenta el desarrollo, en niños, niñas y jóvenes, de actitudes y valores tales como la solidaridad a nivel mundial, la paz, la tolerancia, la justicia social y la toma de conciencia respecto a cuestiones ambientales, dotando a esos grupos de los conocimientos y aptitudes que les permitan promover esos valores y generar cambios en sus propias vidas y en las de su comunidad, tanto a escala local como global. Su fin último es promover la ciudadanía global.

Una perspectiva global en la educación ayuda a los niños, niñas y jóvenes a darse cuenta de las interrelaciones que hay entre las diferentes partes del mundo, el modo en que los acontecimientos pasados y presentes configuran el futuro, y las conexiones entre los asuntos sociales, económicos, políticos y medio ambientales. Se les anima a ser conscientes tanto de sus derechos como de sus responsabilidades, fomenta su implicación activa en el proceso de cambio y desarrolla hábitos de participación democrática.

Aprender sobre los derechos de la infancia de forma participativa supone que los alumnos y alumnas se sientan incluidos, puesto que son los que les amparan más directamente. Esto conlleva un desarrollo de su autoestima que debe orientarse a mejorar el conocimiento de los otros y sus derechos, hacia el aprendizaje en las habilidades de negociación y de resolución de conflictos de forma no violenta.También se provocan situaciones que inducen a colaborar con el profesorado y las familias.

Todo ello impulsa la cohesión de la comunidad escolar en torno a unos valores compartidos y universales, donde cada agente identifica su papel y siente cubiertas sus necesidades.

COOPERACIÓN Y PARTICIPACIÓN

Entendemos la cooperación como una actitud deseable entre el alumnado, y como un sistema internacional de ayuda entre los países desarrollados y los países en desarrollo. Un trabajo cooperativo es aquel que busca la acumulación de esfuerzos aprovechando las virtudes y capacidades de las personas o agentes implicados para provocar sinergias y alcanzar más fácilmente los objetivos deseados. Por lo tanto, la cooperación es también una destreza, una actitud personal y un valor, no sólo el resultado de una acción. Esforzarse aquí como gesto solidario hacia allí es un buen ejemplo de cooperación.

La participación infantil es un derecho reconocido en la Convención sobre los Derechos del Niño. Alcanzar una participación informada, voluntaria y comprometida que les permita, en lo posible, tomar sus propias decisiones e iniciativas será un gran logro educativo desde el punto de vista de la Educación para el Desarrollo. Un trabajo que influye positivamente en los resultados académicos y en la convivencia.

ENFOQUE DE DERECHOS Y RESPONSABILIDADES EN EL AULA

Considerar en la práctica docente los derechos de la infancia como principios éticos y normas universales de conducta transforma, definitivamente, la realidad educativa:

• Mejora la autoestima del alumnado.
• Predispone positivamente hacia la diversidad y reduce los prejuicios.
• Mejora las conductas y relaciones entre el alumnado.
• Proporciona satisfacción al desempeño del profesorado.
• Consolida la integración y reconocimiento entre los componentes de la comunidad educativa.
• Traslada esa implicación a otros ámbitos educativos del alumnado mejorando sus resultados académicos.

 

Fuente http://www.enredate.org/cas/formacion_profesorado/competencia_social_y_ciudadana

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