Empatia: El niño/a no debe ser «ni llamado» «ni tratado» como VICTIMA ni ACOSADOR en caso de bullying (derechos de los niños/as)

 

foto testigo

 

Escucho a muchos profesionales que hablan del tema, llamar a los niños/as que son «victimas» del bullying, que hacer con las «victimas», tu hijo es «victima» y así repetidamente, no hay que estigmatizar a un niño/a en esta posición, ya que el bullying es un desequilibrio de poder «entre pares», los cuales deben ser tratados de la misma manera, como niños/as.Si no, los adultos estaríamos discriminando en forma inversa.

Para hablar de Bullying, respetando los derechos de los niños/as y adolescentes, recomiendo este lenguaje, como coach en comunicación asertiva:

  • Niño/a siendo hostigado, blanco de bullying, no utilizar la palabra VICTIMA.
  • Testigo o espectador, pueden ser testigos activos o pasivos.
  • Niño/a con una conducta acosadora u hostigadora, niño/a con comportamiento acosador, no usar conceptos de acosador, «bully» o matón.

La razón para la elección de estos términos es porque el BULLYING no es el resultado de rasgos de personalidad en los niño/as (esto es en base a una investigación, que vengo haciendo del tema, en breve estará publicada) que los lleve a convertirse en MATONES O VICTIMAS O ACOSADORES, palabras que implican permanencia y resistencia al cambio, no producen empatía por el otro, sino Re-victimización.

Hay evidencia que muchos niños/as «amables» y populares, en ocasiones, tienen comportamiento de acoso, y muchas veces, ni se dan cuenta de lo devastador que esto resulta para los niños/as blanco de bullying. Cualquiera puede ser blanco de bullyingm siempre que el contexto lo permita y sus espectadores sean pasivos. Recuerden que siempre está la DINÁMICA DE BULLYING. Por lo tanto, las palabras describen comportamiento y roles para los chicos. Los roles dependen de la situación, la palabra «espectador» es un termino neutro, que expresa el potencial del rol que puede desempeñar esta persona, haciendo que la situación de bullying mejore o  empeore.  

Ojala que los docentes y profesionales que hablan del tema puedan revisar y discutir estos términos, y los principios inherentes a ellos, principalmente, los que serán usados con niños/as que impulsan una educación «emocional».

Entiendo que sería conveniente establecer un matiz, ya que no todas las personas que sufren una desgracia, se sienten víctimas de esa situación. Este hecho es muy importante porque son precisamente quienes, ni se definen ni se sienten como víctimas, los que en general logran superar aquello que les ha sucedido de un modo más rápido y saludable. Imagínense esto a nivel de los niños/as.

Una «víctima de acoso escolar» es alguien que sufre en un grado extremo el hostigamiento continuado y repetitivo por parte de otro menor. Por ello, vive el acto del acoso como una catástrofe que literalmente amenaza su vida. Cuando creemos al cien por cien la proyección mental del acosador y nos identificamos con el rol que nos quiere asignar, nos convertimos en una víctima. El agresor se ha convertido en nuestro carcelero personal, en una prisión ficticia que sin embargo nos parece muy real. Una víctima se encuentra atrapada en una cárcel de aislamiento, miedo, desesperación e impotencia, incapaz de hallar recursos para salir de ese estado.

Haciendo sentir a un niño/a que es una «victima» del bullying, lo único que se consigue es acentuar el miedo, estigmatizarlo y no podrá comprender la situación que sufre. El acoso es una forma distorsionada de relacionarnos basada en una concepción errónea de lo que es el poder real.

El ser «víctima», para algunos adultos, es de un gran magnetismo ya que resulta mucho más fácil no hacer nada por salir de la situación en la que estamos y esperar que sean otros los que eliminen las causas de nuestro sufrimiento. Entonces imagínense lo que ocurre en un niño/a, lo perjudicial que puede ser ponerlos en esta posición y que no puedan superarla!. Los niños/as están bajo nuestra tutela, debemos protegerlos y darles las herramientas para que puedan tener una buena autoestima y poder salir de situaciones entre iguales.

Algunos niños/as, al ponerlos en este estado de víctimas, piensan que recibirán más atención y amor de los demás, pero no podrán zafar de la situación en la que se encuentran; es decir, seguir «atrapados» bajo el hostigamiento de un igual.

El niño/a debe saber que cuando se lo denomina «víctima de bullying«, el 70% de la carga, es una elección propia o impuesta por un adulto. Cuando el niño/a se da cuenta de eso, se ubica en una posición de fortaleza, y con la elección de no seguir siendo «víctima» ,disminuye inmediatamente su problema.

Ayudemos a nuestros niñas/os a tener una infancia feliz y respetar sus derechos, eduquemos niño/as sanos y serán adultos sanos!

 

Dra. Luciana Cataladi

Abogada especialista en derechos de los niños/as

Coach en comunicacion eficaz

Mediadora educativa

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