La aplicación práctica de la mediación en los casos de bullying y ciberbullying

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Por María Quero, Mediadora y Evaluadora. Directora de formación de AMMI

María Quero, Mediadora y Evaluadora. Directora de formación de AMMIEl pasado 18 de noviembre tuvo lugar la jornada sobre “Protección de los menores ante las tecnologías de la información y comunicación” celebrada en el Ilustre Colegio de Abogados de Madrid y organizada por la Fundación Legálitas y Protégeles.
Impactantes fueron, sin duda, las exposiciones y los datos ofrecidos sobre estadísticas de acoso a menores en las redes; sobre el uso y abuso que niños y jóvenes hacen de las mismas hasta llegar a convertirlas en su contexto habitual de relaciones interpersonales; y cómo, una vez más, el ser humano consigue dar un giro de tuerca a los medios de que dispone para acabar convirtiéndolos en un arma de doble filo: herramientas creadas con fines ligados al avance y progreso de una sociedad inmersa en la cultura de las telecomunicaciones, convertidas en caldos de cultivo para el acoso, abuso, amenazas y numerosos delitos como el grooming o el bullying que, incluso, al poder legislativo todavía le cuesta tipificar.
Se analizaron en la jornada diferentes vías de actuación ligadas a la formación e información de progenitores y docentes de los centros escolares; se hizo un breve análisis sobre si los delitos de ciberacoso deberían ser o no juzgados por el código penal; se aludió al compromiso que está adquiriendo la industria para proteger a los menores a través de la creación de espacios de seguridad, sistemas de filtrado o líneas de denuncia, entre otros; y se aludió a la importancia de coordinar el objetivo y alcance del uso de las tic en el ámbito escolar con el uso de las mismas en el ámbito familiar.
Tal y como publicó este mismo diario en el artículo que recogía esta noticia http://www.lawyerpress.com/news/2013_11/2011_13_007.html, se aludió en un par de ocasiones a los beneficios de la mediación y los buenos resultados que ésta tiene en determinados casos: conflictos sin gravedad excesiva y afortunadamente mayoritarios. Se reconoció como método adecuado para resolver el conflicto de fondo que puede haber en el origen de un acoso entre dos niños o adolescentes de una misma escuela, cuyo mal entendimiento se les va de las manos. Así, Francisco Manuel Garcia-Ingelmo, Fiscal de la Sala de Menores, indicó también que para estos casos cuentan con un servicio de mediación que trabaja con el acosador y la víctima.
En este sentido, con respecto a los delitos de bullying y ciberbullying creo que además de todas estas medidas, debemos prestar una especial atención a un aspecto prioritario en el campo de la prevención, que es el trabajo con los propios niños, en el que se inculque autorresponsabilidad, autocontrol de impulsos y respeto a la cohabitación de las diferencias interpersonales.
Para ello, debemos prestar más atención a la educación en valores pero, sobre todo, al desarrollo de la empatía en los niños. Tenemos escasas experiencias, realizadas casi de manera experimental en algunos centros escolares, donde se han implantado programas para la educación en inteligencia emocional. En ellos, los niños aprenden desde pequeños a identificar emociones, a reconocerlas primero en sí mismos para luego ser capaces de identificarlas en los demás. Aprenden a poner nombre a sus sentimientos: tristeza, alegría, ira, cariño, compasión… y a saber identificarlos y reconocerlos tanto en sí mismos como en terceras personas. Un buen desarrollo de la inteligencia emocional les ayuda también a comprender sus propios comportamientos: “¿cómo me siento cuando sucede X? y ¿cómo me comporto cuando me siento así?” y poder entonces percibir y entender el sentimiento ajeno “¿cómo se sienten los demás cuando yo hago X?”.

Esto cobra especial relevancia en la prevención del ciberbullying, ya que cuando se acosa a alguien a través de las redes, es aún más fácil para el acosador abstraerse del dolor ajeno y consecuentemente de la culpabilidad, ya que ni siquiera ve a su víctima y no percibe sus gestos, lágrimas o expresiones de dolor o miedo, lo que limita la capacidad de sentir compasión por ella. Aludiendo a nuestro sabio refranero: “ojos que no ven, corazón que no siente” por ello, una educación en el desarrollo de la capacidad de empatía en los menores es crucial.
Si en paralelo a estos programas de desarrollo de la inteligencia emocional incorporamos la mediación escolar en los centros educativos, el beneficio es aún mucho mayor. La mediación en los casos de bullying y ciberbullying tendría una doble vertiente:
Por un lado, es aconsejable para los delitos de acoso de cierta relevancia ya cometidos. Sería un procedimiento similar al que se realiza en el ámbito de la mediación penal con menores infractores. Dicho servicio ya se está dando desde la Comunidad de Madrid para casos derivados desde la propia fiscalía. Pero también se podría hacer un escalón antes, desde los propios centros escolares, para casos que no llegan a interponer denuncia pero que se detectan desde las reclamaciones de padres y alumnos. En estos casos es aconsejable la intervención de un mediador adulto, experto y ajeno al colegio, coordinado con los departamentos de orientación y estableciendo protocolos de actuación conjuntamente.
Por otro lado, sería muy interesante trabajar el ámbito de la mediación escolar, implantando programas de mediación en los centros educativos que promuevan la prevención de conflictos de mayor alcance. Estos programas contribuyen a mejorar la madurez de los niños en cuanto a la resolución pacífica de conflictos, fomentando desde edades tempranas la cultura de paz y diálogo cuyo legado calará para el resto de sus vidas. Es además preventiva ya que aborda la resolución del conflicto desde su gestación, evitando que el alcance sea mayor.
Hay que decir que en los proyectos de mediación escolar se da pleno protagonismo a los niños, siendo ellos mismos los que aprenden a ejercer de mediadores con sus compañeros, lo cual añade un elemento que fomenta el sentido de la responsabilidad, involucración y pertenencia en el proyecto.
Las estadísticas dicen que uno de cada diez niños en edades comprendidas entre los 14 y 17 años sufrirá ciberbullying este año en nuestro país (fuente Fundación Legálitas) ¿no es como para que hagamos algo de manera inmediata?
Fuente http://www.lawyerpress.com/news/2013_11/2711_13_003.html

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